Como ya contamos por aquí, si tu coche tiene un motor de combustión diésel, el riesgo de congelación del combustible durante los temporales o heladas es muy alto. ¿Qué podemos hacer si amanecemos con el coche congelado?
Pues poco, la verdad. Si tu coche estaba aparcado y el combustible diésel se ha congelado… solo puedes esperar a que se descongele por si solo. De hecho, no es nada recomendable intentar arrancarlo repetidamente, que es lo que se suele hacer. La razón es que la bomba puede acabar quemándose.
No intentes arrancar el motor, pues la bomba acabará por quemarse y agotarás la batería.
También, por supuesto agotaríamos la batería de tanto forzarla, lo que añadiría un problema adicional (y mucha, mucha frustración) al que ya teníamos.
De todas formas, sí hay una manera de conseguir bajar el punto de congelación de nuestro combustible diésel, una solución muy accesible, que podemos encontrar en casi cualquier gasolinera. Solo hace falta un poquito de previsión. Si vas a viajar o moverte por lugares donde sabes que las temperaturas van a ser muy bajas, te recomendamos que repostes en alguna gasolinera de la zona, pues es más probable que, en previsión de un problema recurrente, tengan esta solución a tu disposición.
Algunas gasolineras dispensan un combustible que ya viene preparado para el frío.
¿Y cuáles la solución? Fácil: estas estaciones de servicio reciben un combustible que ya viene preparado para el frío, pues incorpora un aditivo que aumenta el punto de congelación en al menos un buen puñado de grados
Esto implica que dicho punto de congelación pasa de los -10 °C a los -17 °C, un margen que puede ser vital.