A pesar de que todos estamos obligados a pasare la ITV, dependiendo de dónde residamos la diferencia en el precio puede ser de hasta un 90%
Nos guste o no, sabemos que las llamadas inspecciones técnicas de vehículos (ITV) son necesarias, y por eso, y porque son obligatorias, cada año se realizan alrededor de 20 millones de ellas en nuestro país. Siendo obligatorio, uno pensaría que el precio es uniforme para toda España, pero nada más lejos de la realidad: las diferencias en las tarifas son muchas y variadas, y no es lo mismo vivir en una comunidad autónoma como Madrid a residir, por ejemplo, en Extremadura.
La información la proporciona Facua-Consumidores en Acción y se refiere al período de 2017, y los resultados son, cuanto menos, sorprendentes, pues se recogen diferencias de precio de casi el doble dependiendo de en qué autonomía se resida.
Si hablamos de las más baratas, Murcia, Andalucía y Extremadura copan el podio, y entre las caras destacan Cantabria, Ceuta y el País Vasco. La razón de la diferencia de precio tiene que ver con las competencias legislativas en la materia que la legislación española otorga a las Comunidades Autónomas. En Madrid, por ejemplo, el sector ha sido liberalizado, por lo que no existe ninguna regulación de precios oficial. El resultado ha sido el encarecimiento del servicio, que se sitúa un 16% por encima de la media en vehículos de gasolina y casi un 35% para coches diésel.
Pero el caso es que en el resto de territorios, donde la explotación se lleva a cabo mediante el régimen de concesión pública sigue habiendo diferencias importantes en la definición de las tarifas en función del vehículo de que se trate vehículos. En Extremadura tienen una tarifa única para todos los turismos, sin más distinciones, mientras que en Andalucía el precio varía en función de la capacidad del motor y si es diésel o de gasolina.