En invierno, las bajas temperaturas pueden muy bien dañar el parabrisas, uno de los elementos indispensables para una conducción segura. Te contamos algunos trucos para cuidarlo y que esté en perfecto estado.
Sabemos que casi toda la información relevante que percibimos al conducir es visual y procede de nuestro parabrisas, un elemento que es también indispensable en la propia estructura de nuestro vehículo. Los expertos afirman que el parabrisas constituye casi el 30% de la resistencia estructural del coche y sus funciones en cuestiones de seguridad son esenciales: resistir o evitar el hundimiento del techo en caso de un accidente con vuelco del vehículo y brindar apoyo al sistema de airbags del copiloto. Todo esto implica que es fundamental un correcto mantenimiento, especialmente en invierno, cuando las lluvias, nieblas y heladas pueden hacerlo sufrir más de la cuenta.
Asegúrate que está en perfectas condiciones
De acuerdo, se trata de una medida muy general que bien puede aplicarse en cualquier estación del año, pero recuerda que en invierno hay más horas de oscuridad y las condiciones de visibilidad son generalmente peores. Así que recuerda, si tu coche duerme en la calle, es conveniente colocar un protector de cartón debajo del parabrisas y no incluir agua en el depósito del líquido limpiaparabrisas, pues podría congelarse y obstruir o impedir la pulverización. También te recomendamos un tratamiento con alguna clase de repelente de líquido e insectos, pues pueden evitar la congelación en entornos menos extremos.
¿Y si hiela? ¿Qué debo hacer?
Imagínate que por la mañana te encuentras el parabrisas lleno de escarcha o hielo. ¿Cómo retirarlo? Hay dos formas caseras: retirarlo con un plástico o rociando alcohol, pero existen también soluciones comerciales especializadas en forma de aerosol que permiten fundir el hielo de forma instantánea. En cualquier caso, no emprendas nunca la marcha con el parabrisas de tu coche congelado y confiando en que la calefacción lo solucionará, pues recorrerás mucha distancia sin la visibilidad adecuada. Asimismo, no conviene lanzar agua caliente a un parabrisas helado, pues los cambios bruscos de temperatura disminuirán su resistencia ante cualquier contacto y el cristal puede quebrarse.
