Cuando suben las temperaturas, no solo sufrimos las personas. Tu coche también pasa calor, y algunas piezas lo acusan más de lo que imaginas. Si no quieres quedarte tirado en la carretera en pleno agosto, te damos unos consejos sencillos para mantenerlo fresco y a punto.
El calor no perdona (ni al motor)
Aunque esté hecho para resistir, el motor de tu coche no es invencible. Con altas temperaturas, se esfuerza más para mantenerse en la temperatura adecuada, y eso puede generar desgaste prematuro o incluso averías si no lo cuidamos.
Revisa con frecuencia el nivel de refrigerante y asegúrate de que el radiador esté limpio y sin obstrucciones. Un motor sobrecalentado no solo te puede arruinar las vacaciones… también puede suponer una factura importante en el taller.
Batería y calor: una mala combinación
Muchos creen que las baterías fallan más en invierno, pero el calor extremo es igual de traicionero. Las altas temperaturas aceleran la evaporación del líquido interno, lo que reduce su vida útil.
¿Qué hacer? Si tu batería tiene más de 3 años, revisa el voltaje y evita dejar el coche mucho tiempo al sol sin moverse. A veces, una batería reciclada o reacondicionada de desguace puede ser una solución económica y eficaz si toca cambiarla.
Neumáticos: presión bajo control
En verano, la presión de los neumáticos tiende a subir por efecto del calor. Si están demasiado inflados o desgastados, pueden aumentar el riesgo de reventón. Además, afectan al agarre y al consumo.
Comprueba la presión en frío al menos una vez al mes y vigila los flancos en busca de grietas o deformaciones. Si necesitas un recambio, pásate por el desguace: ¡puedes encontrar neumáticos en muy buen estado y a mitad de precio!
Interior y plásticos: no los dejes cocerse
El sol directo deteriora salpicaderos, paneles, volantes y tapicerías, que se agrietan, decoloran y pierden flexibilidad. Usa parasoles, aparca a la sombra y limpia con productos específicos. Si alguna pieza ya está muy tocada, puedes reponerla fácilmente con recambios reciclados que te saldrán mucho más baratos que los originales de fábrica.
En resumen…
El calor no solo derrite polos: también pone a prueba tu coche. Pero con un poco de atención y mantenimiento básico, puedes evitar disgustos (y facturas gordas). Y si necesitas cambiar alguna pieza, no descartes mirar en un desguace: ahorrarás dinero, alargarás la vida de tu coche y, de paso, estarás echando un cable al planeta.