Aunque tardó, llegó el calor justo a tiempo en España, y lo hizo con fuerza. Ya sabemos que las altas temperaturas pueden afectar al rendimiento de nuestros vehículos y aumentar el número de las dichosas averías, una razón de peso para pasar por el taller antes de emprender nuestras vacaciones, para asegurar que todo está en orden.
¿Y qué piezas o componentes debemos revisar sí o sí?
Los neumáticos, pues su estado influye en la capacidad de frenada del vehículo y en el nivel de adherencia a la calzada.
El aire acondicionado, para evitar que el calor nos agote más de la cuenta y poder viajar en una situación óptima de confort.
Los frenos, cambiando las pastillas si están muy desgastadas para prevenir el efecto de las altas temperaturas en la calidad de la frenada.
Los filtros del habitáculo. Suele olvidarse, pero es importante que se revise, pues si el filtro está obstruido, se fuerza la entrada de aire del exterior, requiriendo un mayor consumo para conseguir la refrigeración del habitáculo del vehículo.
Los amortiguadores, que deben revisarse obligatoriamente cada 4 años o después de unos 50.000 o 60.00 km.
El nivel de líquidos, sin olvidarnos de ninguno: aceite, líquido de frenos, líquido limpiaparabrisas o gas refrigerante.
La correa de distribución, una pieza esencial para el funcionamiento del motor y cuyo rendimiento deficitario puede acabar afectando a otras piezas del vehículo.
La batería, de la que debemos comprobar su nivel de carga antes de salir de viaje en nuestras vacaciones.